miércoles, 29 de abril de 2009

Canillas y Hortaleza – Tercera parte

SIGLO XVIII

El hecho más significativo es el aumento de la población. En medio siglo las poblaciones de Hortaleza y Canillas llegaron a aumentar un 50% aproximadamente.

 Debido a la fuerte demanda de trigo y cebada por parte de la capital, fue cambiado el cultivo de las viñas por estos cereales, pero sobre todo desapareció casi por total la cría de ganado. Así en 1751 unas tres cuartas partes de las tierras estaban destinadas al cultivo de cereales.


Mientras los vecinos siguen vendiendo sus tierras a la nobleza, siendo propietarios únicamente del 16% de los terrenos de labranzas. En 1722 vemos conformado el Olivar de la Hinojosa, comprado por el marqués del mismo nombre, o el formidable coto de la Moraleja, comprado por el conde de Puñonrostro.

Plano de Tomás López de Vargas Machuca – Año 1773. Gran formato. Fuente: Biblioteca Comunidad Madrid.

La población se divide en tres grandes grupos: los grandes arrendatarios de tierras de labor (un 16% de la población), poseedores de los animales de tiro y ganado; los profesionales cirujanos, boticarios, escribanos,.. y los pequeños productores y jornaleros, que prácticamente pasaban las mismas dificultades y penurias. Por último estaban los pobres de solemnidad, que aunque no eran muchos (11 en Hortaleza), más del 80% eran viudas.

La única industria que existía, si se puede llamar así, era la del lavado de ropa. Disponían de borriquillos para traer y llevar la ropa a la Corte (por ejemplo, en Canillas se contaban 16 pollinos en 1762).

Grabado de Irarte Tomás - Año aprox. 1750/1791.
Los Condes de Canillas y los Condes de Salvatierra en Hortaleza, son los que recaudaban para sí los impuestos, percibiendo el primero 1.100 reales y el segundo 5.700. Por otra parte seguían vigentes los diezmos para la iglesia. Los condes tenían el poder para nombrar los puestos gubernativos y judiciales en sus villas.

Monedas de plata de 2 Reales de Madrid. Año 1724.

La nobleza de la corte sigue comprando tierras, así a mitad de siglo tan solo queda un 10% en posesión de los vecinos. Se empiezan a conformar las grandes fincas de recreo, como la de los Paules en Hortaleza, cuya primera compra se hizo a finales del siglo XVII por Don Jerónimo Portocarrero, o el Parque de Isabel Clara Eugenia y la Huerta de la Salud, propiedad ambas de los Duques de Frías. En definitiva, podemos llegar a contar hasta 7 grandes fincas de recreo de la nobleza en Canillas y Hortaleza.

Hasta aquí este capítulo del llamado Siglo de las Luces, que en Canillas y Hortaleza pasó con más pena que gloria y donde el antiguo régimen seguía en plena vigencia. Dejamos abierta la puerta, ya que en el próximo artículo trataremos sobre las fincas de recreo ya mencionadas y de lo que de ellas hoy queda.

Queremos agradecer al APA del Colegio Santa Francisca Javier Cabrini el préstamo del libro que nos ha servido como base para elaborar este artículo y los futuros sobre esta serie.

Ver el artículo anterior: Segunda parte

Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y José Manuel Seseña.

Fuentes:
- Hortaleza, pasado y presente de un Distrito. Ayuntamiento de Madrid.
- Biblioteca Nacional de España.
- Enciclopedia de Madrid Espasa Calpe. Fascículo 54, año 1979.

domingo, 26 de abril de 2009

Bancos de antaño

Ahora que las entidades financieras a nivel mundial están en candelero por los motivos de todos conocido es momento de recordar como eran las nuestras hasta principios de los años sesenta cuando empieza la imparable mecanización de las operaciones y se producen los primeros cambios en la forma de trabajo y atención a la clientela.

Algunos bancos, no muchos, adoptaban formas jurídicas diferentes a la de la Sociedad Anónima, algo impensable en la actualidad, y así veíamos que había personas particulares, sociedades en comandita, sociedades regulares colectivas ... La seriedad que imponían los bancos y la confianza en la honorabilidad de sus máximos directivos, poco dados a aparecer en los medios de comunicación, hacía decir al pueblo llano “los bancos no dan una peseta de mas, pero tampoco la quitan”.

La apertura de oficinas estaba sujeta a estrictas normas dictadas por el Banco de España y no como ahora que podemos verlos en cada esquina o en una acera cuatro o cinco seguidos. La expansión se conseguía reubicando oficinas en lugares con mayor proyección como el caso de la zona de la Castellana donde algunos bancos cerraron oficinas en el centro de Madrid para establecerse aquí, pero la principal fuente de crecimiento era la absorción de entidades mas pequeñas aunque este método tenía el inconveniente de que era una época en España con una fuerte regionalización de los bancos y cajas de ahorro y los clientes de una zona veían a su entidad local como algo suya, razón por la cual algunos de tamaño medio sobrevivieron aunque tutelados por la entidad que se había hecho con sus acciones. A pesar de todo desaparecieron muchos bancos regionales de pequeño tamaño enclavados a lo largo y ancho de la geografía española engullidos por los grandes de ámbito nacional como forma de estar presentes donde las restricciones legales les había impedido situarse. En el periodo tratado o inmediatamente siguiente dejaron de existir Banco Mercantil e Industrial, Banco Coca, Banco Castellano, Banco Continental, Banco Occidental, Banco de Aragón, Banco Ibérico, Crédito Navarro ...., en fin, la lista es mucho mayor y todos ellos con oficinas en Madrid.

Las grandes entidades tenían su oficina central en Madrid, aunque su sede social estuviera en otro lugar de España, en la calle de Alcalá entre la Puerta del Sol y Cibeles. Las primeras agencias las habían ido situando en el Barrio de Salamanca por su mayor poder económico, siguiendo su expansión generalmente alrededor de los mercados tradicionales de alimentación como el de la Plaza de la Cebada y núcleos de intensa actividad comercial como Tetuán, Puente de Vallecas, etc.. Unas entidades adoptaron la denominación numérica (agencia nº 1, nº 2...), otros más prácticos (urbana calle Toledo, urbana calle General Ricardos, ...) y otros mas modestos en sus perspectivas de futuro (agencia A, B, ..) que tuvieron que cambiar de sistema al acabárseles el abecedario ...

Las nuevas oficinas que iban surgiendo en Madrid solían emplazarse en esquina para ser visibles por dos calles y eran locales muy generosos en metros cuadrados pues debían de acoger a numeroso personal, tener amplio patio de operaciones con varias ventanillas de caja y abundante espacio para ser dedicado a archivo, características todas ellas antagónicas en la actualidad. Las fachadas exteriores de estas nuevas instalaciones eran, por regla general, de color oscuro y cristales opacos, lo que daba un aspecto de gran seriedad y confidencialidad desde la calle con respecto a su interior; el mobiliario seguía las mismas pautas, y las sillas de ruedas para los empleados, muy cómodas para pequeños desplazamientos, tardaron en llegar hasta que fueron sustituidos los muebles de madera por los metálicos. Nada que ver con el presente donde priman los colores llamativos, decoración uniforme para toda la red de oficinas, mobiliario moderno ergonómico, letreros luminosos, pictogramas de las entidades, acristalamientos absolutamente diáfanos pero llenos de publicidad con las ofertas de sus diversas operaciones en campaña o regalos en especie ¡Quien iba a pensar que llegado el tiempo se iban a anunciar en los bancos los tipos de interés, mostrar cafeteras o mantelerías, como cualquier otro establecimiento de los antes!

Los extrarradios y poblaciones colindantes, algunas anexionadas posteriormente a Madrid, no eran zonas bancariamente interesantes y carecían de oficinas. Hoy no se comprende que Fuencarral, Canillejas, Vallecas Villa, Pozuelo, Leganés, Fuenlabrada, etc. estuvieran en esa situación, atendidas mediante corresponsales de radio que eran comerciantes acreditados en la plaza, generalmente de tejidos o ultramarinos, de moralidad intachable que mediante comisión hacían por cuenta de una o varias entidades algunas operaciones bancarias como cobro de letras o captación de pasivo, siempre como actividad secundaria suya pues su negocio, como se ha indicado, era el comercio. Hoy en muchos lugares de España, normalmente pequeños, ha surgido la versión modernizada de los corresponsales de radio mediante la aparición de los agentes bancarios, personas que por cuenta propia realizan muy diversas operaciones en exclusividad para una sola entidad que les rotula el local donde realizan la actividad, de tal manera que exteriormente parece una oficina de ese banco.

A comienzos de los años sesenta la evolución económica hace que las autoridades económicas de entonces dicten nuevas normas bancarias, obligando a las entidades a especializarse en banca al por menor y en banca de inversión para operaciones a largo plazo lo que hace surgir nuevos bancos, generalmente filiales de los existentes a fin de no perder cuota de mercado, cuya actividad no vamos a desgranar porque es ajena al tema que tratamos que es la banca tradicional de toda la vida.

Esta primera parte se ha dedicado a mostrar la visión de las entidades bancarias en el contexto del sistema financiero de la época y su presencia en el Madrid de entonces. Mas adelante, desde nuestra perspectiva, haremos un detalle de como era el día a día en una oficina bancaria-tipo madrileña en el desarrollo de las operaciones habituales de los clientes y su trato con ellos, sin que el trabajo que hoy presentamos en su primera entrega suponga una apología ni a favor ni en contra de las actividades financieras que realizan.


Autor: José Manuel Seseña Molina
Colaboran también en el blog Historias Matritenses Ricardo Márquez y Ángel Caldito.

Películas de los fotogramas: Don erre que erre (1970), y Atraco a las tres (1961).

jueves, 23 de abril de 2009

Primera proyección cinematográfica en España


ANIMATOGRAFO
El Teatrograph o Animatógrafo, como después se le conocería, fue patentado por Robert William Paul en Gran Bretaña el 25 de mayo de 1895. Dicho aparato era muy similar pero más ligero que el Kinetoscopio de Thomas Alva Edison que lo había patentado en 1891 en Estados Unidos.

El Kinetoscopio era para una visión individual, a diferencia del Animatógrafo que se hacia sobre una pantalla.
Debido al éxito del Animatógrafo fundó una empresa Paul’s Animatograph LTD., para su comercialización.
Animatógrafo.


Hubo muchos compradores que lo adquirieron, entre ellos un electricista de Budapest llamado Edwin Rousby. Este curioso personaje siempre estuvo ligado al mundo del circo, así encontramos en el diario El Imparcial la siguiente noticia referida a su actuación en Madrid en Abril de 1893:

Empezó Mr. Rousby a ejecutar el precioso número Electro-musical, que produjo gran entusiasmo en la concurrencia. Penden del techo infinidad de instrumentos, y el jefe de aquella orquesta colgante los hace sonar todos enviándoles corrientes eléctricas desde el escenario. El ambiente se tiñe con colores fantásticos, y, al sonido de aquella extraña música, aparece en el foro, iluminada, la torre Eiffel, .....

También aparecen otras noticias sobre fuegos artificiales, orquestas eléctricas, tanto en la prensa de Madrid como en la de Barcelona en 1895. Rousby se traslada en 1896 a Madrid donde presenta en el Circo de Parish su nuevo espectáculo con el Animatógrafo.

Fuente: La Ilustración Española Americana. Año 1880. BNE.

El Circo de Parish se encontraba situado en la Plaza del Rey de Madrid en los jardines de la casa de las Siete Chimeneas. En 1876 sus propietarios el Conde de Palentinos y su amigo Mr. Thomas Price, descendiente de los acróbatas ingleses Price Brothers del Circo Price, inauguran el Teatro del Circo, que posteriormente sufrió un importantísimo incendio quedando totalmente destruido. Mr.William Parish (casado con la única hija de Mr.Price) se compromete a reedificar un circo con sistema moderno.


El CIRCO TEATRO DE PRICE, que fue construido en menos de un año por el arquitecto Agustín Ortiz de Villejos, quedó inaugurado el 5-12-1880. Siendo muy admirado por su moderna construcción y con gran éxito de público pasa a denominarse “ CIRCO DE PARISH “ alternándolo con el nombre Circo de Price. El nuevo edificio era de estilo Neoárabe con mampostería y estructura de hierro con forma poligonal, la cubierta estaba sustentada por ocho columnas unidas por arcos y el interior contaba con un palco real.

Fuente: La Ilustración Española Americana. Año 1880. BNE.
 Actuación en el Price.
 Antiguo Teatro Circo de Price pocos meses antes de ser demolido – Año 1969. Foto Villar – Nuestro agradecimiento a:  http://www.rafaelcastillejo.com/ por cedernos esta fotografía.


El 11 de mayo de 1896, próximas las fiestas de San Isidro, tuvo lugar el ensayo general para las numerosas personas y periodistas invitados del Animatógrafo según atestiguan los periódicos de Madrid de aquellos días, como el diario La Epoca, El Imparcial, El Heraldo,.... como ejemplo ponemos seguidamente el recorte de la crónica de La Correspondencia de España:


El día 12 de Mayo se ofreció ya para el público en general el nuevo espectáculo siendo del agrado de todos los asistentes. Posteriormente se siguieron presentando las proyecciones del Animatógrafo en el Circo de Parish, hasta el 14 de junio en el que Rousby se traslada a Portugal, continuando solamente en Madrid las proyecciones de los Lumiére que habían comenzado dos días después de las del Animatógrafo.

CINEMATOGRAFO
El proyector de los hermanos Lumiére. Fuente: La Ilustración Española Americana. BNE.


La fecha de la primera proyección cinematográfica en España, se realizó en Madrid el 11 de mayo de 1896 en el Circo de Parish, no como atestigua la placa situada en la Carrera de San Jerónimo nº 34 dando primero la fecha en 1946 del 15 de mayo de 1896, siendo sustituida y rectificada posteriormente por la del 14 de mayo de 1896, primera proyección abierta al público en general del Cinematógrafo de los Lumiére en Madrid (para la prensa e invitados especiales se dio un pase el día 13 de mayo).



Placa anterior del año 1946.

El motivo de tan craso error no es otro que el primer investigador que estudió el tema consideró una fecha más emblemática para Madrid el día de su Patrón, San Isidro Labrador. Para ello solo tuvo que modificar en un día la información que encontró en los periódicos. La proyección del Circo Parish no fue tomada en cuenta por dar la misma junto con otros números circenses y ser más para el pueblo, mientras que en la Carrera de San Jerónimo se hacía en el Hotel Rusia, el más lujoso de aquel entonces, y se utiliza los bajos exclusivamente para ello.


Para rectificar el error cometido en 1946 tuvimos que esperar 50 años, confiamos que con los datos revisados y constatados, no tengamos que esperar tanto tiempo para enmendar la placa de 1996 .

El cinematógrafo

En definitiva, la llegada del cine a Madrid supuso todo un acontecimiento social, así en la prensa, entre los años 1896 y 1898, encontramos los siguientes lugares y tipo de aparatos usados:

- Romea. Pathé.
- Salón de Actualidades. Monvógrafo.
- Apolo. Cinematógrafo por Charles Call
- Salón del Heraldo. Cinematógrafo.
- Zarzuela. Cinematógrafo.
- Cronomatógrafo. Cinematógrafo.
- San Jerónimo, 28. Cinematógrafo.
- Príncipe Alfonso. Cinematógrafo.
Fuente: Revista Nuevo Mundo- Año 1907 – BNE.


Autores: Angel Caldito y Ricardo Márquez.
En este blog también colabora: José Manuel Seseña.

Fuentes: BNE, Jon Letamendi y Jean-Claude Seguin, Josefina Martínez.

domingo, 19 de abril de 2009

Barrio de San Juan Bautista. – Toma cinematográfica.




Buscando imágenes del tranvía 12 nos encontramos en la película Mi tío Jacinto esta interesante toma. En concreto esta rodada en 1956 junto a la iglesia de San Juan Bautista, en la Calle Normas, antiguamente Cuesta de Queremón y que aparece en los planos de la Ciudad Lineal como Camino de los Carros.



Paco (mi hermano) nos describe así el lugar del rodaje:

“Eso es lo que llamábamos la cuesta de Queremón.

Lo de abajo es Lasical.

El edificio alto es Perlofil. Es donde hacían el tergal. (Ver nota [1])

Luego esta fábrica se la llevaron a Alcala de Henares y es donde ahora hacen la fibra para los aislantes.

Las casas pequeñas que se ven eran conocidos como los tejares. Hacían tejas y otras cosas de cerámica. Cuando cocían las tejas estaba una semana echando humo.

A la parte de arriba estaba el campo de fútbol de la iglesia de San Juan Bautista.”

Los tejares a la derecha de la imagen.  Lasical era el edificio blanco del que se ve salir humo a la izquierda y la fábrica de Perlofin el edifico de seis alturas y nave lateral en el centro derecha.
Si observamos la siguiente foto del artículo del Ventorro del Tio Chaleco veremos que el edificio grande que se ve es el mismo.

El Ventorro del Tio Chaleco. Año 1969. Fuente: Archivo fotográfico de la Comunidad de Madrid.
Plano de Lasical. Nuestro agradecimiento a Anne Barcat por cedernos el plano.
Explicación del plano a cargo de GMP, Gloria: La primera puerta de la derecha correspondía a las oficinas,la segunda por dónde se metia con vagonetas, con la cal y también la arena que se sacaba del terraplen.Con ellas se hacian los ladrillos en los grandes hornos que había en el interior, luego los sacaban por la última puerta, la de la izquierda, tambíen con las vagonetas que iban por unos carriles.

Añadido 19/may/2011: En 1935 Lascial presumía de haber suministrado los ladrillos silícos-calcáreos para la construcción de la Colonia de El Viso.


Anuncio en prensa de Lasical. Año 1927.

Un bonito ejemplo de los edificios construidos con los ladrillos de Lasical. Postal cedida por: Alfredo.





Añadimos tres fotos mas de la película “Mi tío Jacinto” a cargo de Paquita. La primera nos muestra la entrada a la lechería. La segunda la cabaña que levantaron para el film en la que se aprecia al fondo la gran pendiente de la calle Normas. En la tercera se ve la cabaña con el barranco a su espalda, allí era donde se cogía el Barro Santo.

-.-.-

[1] La fábrica efectivamente se llamaba PERLOFIL, fábrica de fibras sintéticas, una de ellas es el rótulo que corona la fachada de Lopez de Hoyos esquina a Queremón. La fibra se llamaba Enkalon. Fuente: Arancetano (Jacinto Arancetano Quiñones), del Foro viejo del Madrid.

Agradecimientos: Por la cesión de las imágenes de la pelicula a Video Mercury Films, S.A.


Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y José Manuel Seseña.

jueves, 16 de abril de 2009

Hospital Militar Central de la Defensa “Gómez Ulla”. (1ª parte)

Con este pequeño artículo queremos dar a conocer lo que representa para el madrileño barrio de Carabanchel la presencia mas que centenaria del Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla”, institución sanitaria que por su carácter castrense presenta unas connotaciones que marcan la diferencia con cualquier otro hospital. Sirvan estas líneas como homenaje y gratitud por su actuación a lo largo de su existencia dedicando esta primera parte al aspecto histórico-hospitalario y dejando para una posterior entrega lo referido a los accesos.

Pero para llegar a lo que conocemos abreviadamente por el “Gómez Ulla” ha sido necesario recorrer un largo trecho. Hagamos algo de historia.

La primera vez que se intentó crear un hospital militar fue en tiempos de Carlos III, pero aunque no pudo materializarse la idea, se consiguió al menos la prohibición de establecer salas hospitalarias en los cuarteles trasladando a los soldados a los hospitales concertados.

Tras años de indefinición por cuestiones presupuestarias y de localización de un lugar adecuado, finalmente comienza a funcionar el primer Hospital Militar de Madrid el 27 de Diciembre de 1.841 en el Real Seminario de Nobles, inmueble situado junto al Palacio de Liria, aproximadamente entre las calles de la Princesa y de Mártires de Alcalá, mandado construir por Felipe V para educación de la nobleza corriendo la enseñanza a cargo de los jesuitas. Este edificio, a raíz de la expulsión de la orden en 1.767 había ido perdiendo importancia para uso docente, y aunque les fue restituido en 1.828 ya nunca mas volvió a ser lo que era, y tras una nueva expulsión el 4 de Junio de 1.835 quedó sin utilidad considerándose idóneo para establecer en él el largamente deseado hospital militar.

Obsérvese el trazado del primer tranvía de Madrid en su final de Pozas tras su prolongación desde la Puerta del Sol.


El 8 de Febrero de 1.889 este primer establecimiento sanitario castrense es destruido por un pavoroso incendio que lo arrasa, evacuando a los enfermos a los hospitales cercanos. Tras el siniestro las alineaciones de las calles donde estaba enclavado son modificadas a la situación que presentan en la actualidad.
La desaparición de este primer hospital militar trae consigo nuevamente el deambular de los soldados heridos y enfermos por los hospitales de Madrid. El Ministerio de la Guerra comienza la búsqueda de un lugar adecuado para establecer un nuevo hospital y acepta los terrenos que le ofrece el municipio de Carabanchel Bajo[1] situados junto al cerro de Almodóvar[2] a partir del trazado en construcción del ferrocarril a San Martín de Valdeiglesias y el camino de las Ánimas, hoy Vía Carpetana.

El proyecto del nuevo hospital se aprobó en 1.890 y correspondía al realizado por D. Manuel Cano y León, Capitán de Ingenieros, que por ello fue nombrado director de las obras.

Constaba de un conjunto de edificios cuya disposición podemos recordar al ver la maqueta existente en una sala del vestíbulo del edificio principal actual junto con otra de las instalaciones de ahora que permiten contemplar la evolución positiva de las infraestructuras sanitarias del recinto.

La distribución de los diversos edificios y pabellones a partir de la entrada era:
-Edificio de Dirección y Administración[3] que tiene en su eje el acceso principal al resto de las instalaciones. Junto a él hay tres pabellones, dos en el lado del Camino de los Ingenieros, y uno en el lado de la Vía Carpetana, destinados a Viviendas de empleados e Instituto Anatomopatológico, respectivamente.
-Pabellón para Jefes y Oficiales enfermos, también con acceso al resto de las instalaciones a través de un pasillo situado en su eje.
-Plaza central en la que confluyen los seis pabellones de Medicina y Cirugía, tres a cada lado, y en el centro la Capilla.. Entre los dos últimos, un pabellón, de longitud mas reducida, dedicado a Balneario.
-Pabellón de Servicios Generales del Hospital
-Pabellones, uno a cada lado, para Dementes y Presos.
-Pabellón final dedicado a Cuartel de Sanidad y cochera de ambulancias.

El Hospital Militar de Carabanchel, sin estar aún acabado, comenzó a ser ocupado por enfermos a partir del 21 de Abril de 1.896 en un momento crítico de la historia de España pues estaban llegando combatientes heridos repatriados de Ultramar que no podían ser absorbidos por los hospitales habituales, siendo su primer director el Subinspector Médico D. Juan Berenguer y Salazar. En 1.903 se dieron por concluidas las obras.


Hacer un seguimiento exhaustivo del Hospital Militar no es el objetivo de este trabajo ni tampoco su dilatada historia tiene cabida en él por problemas de espacio, no obstante se mencionaran aquellos acontecimientos de mayor relevancia.

-En 1.902 adquiere la denominación de “Central” pasando a llamarse Hospital Militar Central.
-También en 1.902, todavía en construcción, tiene lugar la primera visita real de Alfonso XIII con motivo de la explosión del Polvorín de Carabanchel, situado en las instalaciones militares del actual Paseo de Extremadura, que origina diversos muertos y heridos.

-El 31 de Mayo de 1.906 se produce el atentado en la calle Mayor contra el cortejo nupcial de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, del que milagrosamente resultan ilesos pero que ocasiona muertos y heridos entre los acompañantes. Las dificultades de transporte hasta Carabanchel hacen que aquí solo se traten los menos graves tras recibir los primeros auxilios.
-El 8 de Enero de 1.907 tiene lugar la primera visita “oficial” de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia a las instalaciones del Hospital.
-El 22 de Enero de 1.910 inauguración de un Monumento Mural a los Caídos del Cuerpo de Sanidad Militar caídos en campaña, con asistencia de los Reyes y máximas autoridades militares.

-Hasta 1.921 el hospital va aumentando sus especialidades ampliando y mejorando sus instalaciones, pero en este año y sucesivos adquiere importancia por su implicación en la Guerra de África.
-En 1.929 se inaugura el Monumento en Memoria de los Jefes y Oficiales Médicos muertos en la campaña de África. El emplazamiento actual está en una zona ajardinada en el extremo oeste del edificio de Maternidad
-La Guerra Civil afecta negativamente al Hospital al estar situado en zona de frente, teniendo que ser evacuados los heridos y enfermos a hospitales del centro de Madrid. Hay que recordar que esta zona a partir de Noviembre de 1.936 pasó a estar controlada por las tropas del ejército nacional.
-A la conclusión de la Guerra Civil, el Hospital precisa una gran reparación para subsanar los daños sufridos, y hasta su reapertura en 1.940 los heridos y enfermos son atendidos en instalaciones habilitadas ex-profeso en el entorno de Carabanchel. Las obras de reconstrucción se prolongan varios años.

-El 5 de Junio de 1.946 el Hospital Militar recibe el nombre de Gómez Ulla, en honor del General-Médico D. Mariano Gómez Ulla, eminentísimo cirujano militar fallecido el 24 de Noviembre de 1.945 presente en los campos de batalla de las guerras de África donde desarrolló una gran labor sanitaria.
-El incremento de especialidades y el paso del tiempo hacen que las instalaciones se vayan quedando desfasadas llegando a finales de los años sesenta a una situación de obsolescencia, lo que da lugar a estudiar la posibilidad de construir un nuevo hospital en el lugar del antiguo sin que tenga que dejar de funcionar durante las obras.
-Tras diversos reveses en la cuestión presupuestaria que impiden la realización del nuevo hospital, al fin se ve la luz al final del túnel y se pone la primera piedra en 1.971. Sin embargo, lo importante no es la primera sino la segunda piedra que es cuando realmente tiene lugar el inicio de las obras, y estas comienzan en 1.972 bajo la dirección del General D. Juan Cámpora Rodríguez [4], ingeniero del Servicio Militar de Construcciones y autor del proyecto, derribando algunos pabellones para hacer sitio a las nuevas construcciones.
-Las primeras nuevas instalaciones comienzan a funcionar en 1.973.

-El 30 de Octubre de 1.979 es puesto en servicio el inmueble mas emblemático del nuevo conjunto, conocido como Torre. Es un imponente edificio de 22 plantas con construcciones anejas.
-En 1.992 se dieron por concluidas las obras de las nuevas instalaciones.
-En 1.996 se celebra el I Centenario del Hospital Militar Central Gómez Ulla y los reyes D. Juan Carlos I y Dª Sofía efectúan una nueva visita al hospital coincidiendo con los actos conmemorativos que tienen lugar el 20 de Junio, como así lo atestigua una placa frente a la entrada del vestíbulo principal del edificio Torre.
-2.008 Entra en funcionamiento el convenio entre Ministerio de Defensa y la Comunidad de Madrid por el cual el hospital atiende enfermos civiles de los barrios de Carabanchel y Latina, aspiración vecinal largamente demandada aduciendo saturación en el Hospital Clínico, hospital de referencia de la zona, y entender que hay infrautilización en el Gómez Ulla al existir algunas plantas sin uso, estimación que es motivada por una deficiente información a la opinión pública ya que como consecuencia de nuestra pertenencia a la OTAN que implica el envío de nuestros soldados a misiones internacionales han de quedar en reserva por sí fueran necesarias acondicionarlas urgentemente.

Epílogo
El Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, nombre que preside actualmente la entrada en el edificio Torre, conserva con celo vestigios de su glorioso pasado, como son entre otros los restos del reloj del primer edificio, una verdadera obra de arte del maestro relojero Antonio Canseco que se puede observar en el vestíbulo principal dentro de una urna de cristal hecha a su medida.
El espacio que ocupaban los primeros pabellones es hoy una amplia zona ajardinada presidida por el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, situado en donde aproximadamente estuvo la Capilla. Como se ha indicado anteriormente solo se conserva de las antiguas edificaciones el pabellón de Administración y Dirección que mantiene en su frontal la clásica y conocida denominación de Hospital Militar Gómez Ulla.

Entrada principal al hospital. Fuente: Skyscrapercity, usuario Providez.

Agradecimientos
La mayor de este trabajo está obtenido del libro “Gómez Ulla. Hospital Central. Cien años de historia 1896-1.996” con el único y exclusivo fin de divulgar lo que significa la Institución que viene prestando un eficaz servicio al personal militar y mas recientemente también al personal civil en virtud de convenio entre el Ministerio de Defensa y la Comunidad de Madrid.
También quiero agradecer al personal del Hospital las facilidades dadas para poder hacer este tema.

Autor: José Manuel Seseña.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y Ricardo Márquez.

Bibliografía
-Gómez Ulla. Hospital Central. Cien años de historia 1896-1.996. Varios autores
-Revistas La Ilustración Española y Americana. Fuente BNE.

[1] Anexionado a Madrid el 29 de Abril de 1.948 junto con el Carabanchel Alto
[2] La parte trasera de los terrenos, es decir, la situada al norte, linda con el actual Parque Cerro de Almodóvar que llega hasta la calle Duquesa de Parcent.
[3] Es el único que se conserva de las antiguas instalaciones. Entre sus funciones actuales está la de Farmacia Militar.
[4] Sus cenizas reposan en los jardines que anteceden al edificio Torre