miércoles, 3 de febrero de 2010

Centenario del colegio-asilo de la Paloma (y “casi” de la línea de tranvías correspondiente)

Pilar Moltó y Jesús Manzano

Nos remontamos a finales del Siglo XIX, cuando el Ayuntamiento de Madrid tenía bajo su protección la obra social del Asilo de San Bernardino (de ancianos y niños huérfanos), situado en el antiguo convento de la Moncloa. Sus viejas instalaciones, y el enfoque asistencial, demandaban cambios. El primero de ellos se produjo con el nombramiento como director de Pablo García-Becerra, notable periodista, de talante liberal y con una concepción moderna de lo que debería ser un asilo, particularmente para niños. El segundo cambio sería la imprescindible renovación de las instalaciones.


De la nueva construcción se encargará el arquitecto municipal Francisco Andrés Octavio (responsable de la notable transformación de la Gran Vía). El bello proyecto presentado se aprobó y se decidió empezar la construcción en 1901, con la intención de que fuese inaugurado por el Rey Alfonso XIII en su mayoría de edad.

Los terrenos elegidos estaban situados en la Dehesa de Amaniel, hoy Dehesa de la Villa, y cogían parte del término municipal de Fuencarral. Hubo que hacer una redefinición de los límites municipales. Pasaron algunos años desde el primer proyecto con continuos debates sobre presupuestos y contratas, hasta que se consigue la financiación necesaria. Finalmente se realizó con fondos del legado de la marquesa de Vallejo, con una donación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid (fue la primera obra social realizada a cargo de beneficios) y con asignaciones del propio Ayuntamiento. Las obras empezaron realmente en 1905 y terminaron en 1909, con una edificación más reducida que la inicialmente proyectada, pero igualmente grandiosa para la época. El presidente del gobierno José Canalejas estuvo muy interesado en las obras, que visitó y siguió de cerca. La calle que daba acceso al Colegio recibió el nombre del alcalde de Madrid del momento, Francos Rodríguez.

Antes de que fuese abierto el colegio, ya estaba pensada la instalación de una línea de tranvías, desde Cuatro Caminos hasta la puerta de la Paloma. La llegada del tranvía a La Paloma se produjo el 4 de octubre de 1913, con asistencia del Alcalde, el director de la Paloma D. Pablo Becerra y otras autoridades. En los actos de inauguración, celebrados en la Paloma, se ofreció un lunch y actuó la banda de la Paloma, dirigida por el maestro Gassola.

En julio de 1910 los asilados de San Bernardino se trasladan al nuevo colegio, que ya por entonces se conocía simplemente como La Paloma. Desde el primer momento se establece un reglamento de funcionamiento de Las Escuelas y Talleres Nuestra Señora de la Paloma, ejemplo de sensibilidad y atención a la infancia: Los alumnos permanecían en el Colegio desde los 6 hasta los 18 años, recibiendo la educación primaria completa y el aprendizaje de un oficio (carpintería, cerrajería, electromecánica, sastrería, zapatería, panadería…).


De inmediato empezaron a funcionar sus Escuelas Graduadas, pioneras en la renovación de la enseñanza primaria, junto con las de los colegios Cervantes y Príncipe de Asturias. Y en el ámbito profesional, además de los talleres, el centro disponía de academias especiales: Música, Esgrima y preparación de oposiciones (taquigrafía, caligrafía, mecanografía...).

La dirección pedagógica del colegio corrió a cargo de maestros ilustres como Rafael Robles, Rodolfo Tomás y Samper o José Garrido (posteriormente educador del Rey D. Juan Carlos a su llegada a España).

El Ayuntamiento siempre consideró este colegio como un centro emblemático, al que destinó grandes esfuerzos y dedicación, y del que se sentía especialmente orgulloso, mostrándolo como modelo ante numerosas visitas ilustres. También fueron numerosas las visitas de la casa Real.

Las experiencias pedagógicas del colegio fueron llevadas a algunos de los pocos congresos y encuentros internacionales del momento. Sus profesores (León Vega, Tomás y Samper, Rodríguez Charentón, Ezequiel Solana...) publicaron libros didácticos y pedagógicos.


Su Escuela de música, dirigida por el maestro Gassola, fue notable, y la Banda de la Paloma actuaba en todos los eventos imaginables de Madrid, recibiendo y acompañando a la Reina o animando inauguraciones del Ayuntamiento o verbenas populares; funcionó de hecho como banda profesional del Ayuntamiento, actuando durante más de 20 años en multitud de actos en todos los distritos, y constituyendo vivero y complemento de la Banda Municipal.


La Escuela de Esgrima de la Paloma, a cargo del maestro Afrodisio Aparicio (campeón mundial), formaba principalmente monitores para las academias militares, y dio importantes nombres de la esgrima española.

El Asilo, que inicialmente acogía a ancianos y niños, acabó transformado en el colegio asilo de la Paloma, únicamente para niños. Los ancianos fueron trasladados al asilo de ancianos Nuestra Señora de la Paloma de Alcalá de Henares y las niñas al Colegio asilo para niñas de Alcalá de Henares.


Este colegio asilo educó a cientos de niños madrileños, que pudieron acceder a una formación integral de calidad y, en muchos casos, a un verdadero oficio de formación profesional. La información contrastada con la escasa oferta educativa de ese momento permite afirmar que fue en todos los sentidos un verdadero modelo de centro de formación general y profesional. De sus puertas salieron alumnos con la formación suficiente como para ser trabajadores y funcionarios administrativos del ayuntamiento, alguno incluso secretario de alcalde. José Mª Sánchez Silva (autor de Marcelino Pan y Vino), alumno de este colegio, fue uno de ellos.

Los periódicos de la época recogieron en cientos de artículos informaciones y anécdotas de este colegio, que estudiadas hoy en día nos permiten hacernos una idea aproximada de su funcionamiento y de su historia. Tal vez el momento más duro en colegio, al igual que en todo el país, fue el estallido de la guerra civil. El colegio se hallaba situado en la línea de defensa de Madrid, y ante el inminente peligro de bombardeos (como de hecho ocurrió), los niños de la Paloma fueron evacuados a Barcelona en otoño de 1936, junto con los de San Ildefonso y con las niñas del colegio de la Paloma de Alcalá de Henares. Allí permanecieron junto con sus profesores durante casi tres años, funcionando como Colegio de la Paloma, subvencionados por el Ministerio de Instrucción Pública y seguidos muy de cerca por el Ayuntamiento de Madrid, cuyo Alcalde los visitó en varias ocasiones.

Al acabar la guerra, el Ayuntamiento reclamó a los niños y el regreso se efectuó en julio de 1939. Al llegar, como el colegio estaba destrozado, fueron instalados en el antiguo grupo escolar Conde de Peñalver, de la calle Tabernillas. Todos los niños y niñas de la Paloma y de San Ildefonso fueron afiliados a la OJE, en una ceremonia masiva celebrada en los espacios del colegio de la Dehesa de la Villa, junto a sus pabellones devastados por los bombardeos.


Posteriormente se hicieron reparaciones de urgencia en los pabellones menos afectados, donde empezaron a funcionar las Escuelas Profesionales Ramiro Ledesma, dirigidas por la Falange. En 1942, Franco inauguró las obras de restauración y remodelación completa de todo el centro, con el fin de establecer una potente oferta de formación profesional y convertirlo en una institución modelo del nuevo régimen, núcleo de la red de formación de la Delegación Nacional de Sindicatos. En el año 1944 funcionaba ya a pleno rendimiento, con la denominación de Institución Sindical Virgen de la Paloma, y alcanzando rápidamente la cifra de miles de alumnos. Estaba dirigida por Diómedes Palencia, Ingeniero Industrial, que posteriormente fue el artífice principal de la formación ocupacional conocida como PPO.


Durante décadas, la Institución Sindical fue un centro de referencia para toda la formación profesional en España, con la mayoría de las especialidades del momento y un alto nivel de calidad reconocido por el sistema productivo. Promociones enteras eran contratadas al término de sus estudios en grandes empresas de los sectores eléctrico-electrónico, metal, automoción, madera, artes gráficas, delineación, química, pintura. Y la Paloma inició y organizó durante años los concursos internacionales de formación profesional, con notable reconocimiento.


Con el tiempo este centro se ha ido transformando, según los momentos políticos y los cambios educativos, hasta llegar a nuestro actual Instituto de Enseñanza Secundaria Virgen de la Paloma, dependiente de la Administración Educativa y centro pionero en todo tipo de innovaciones y reformas. Con una amplia oferta formativa, que incluye Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en todos sus niveles, sigue manteniendo el mayor volumen de matrícula de toda la Comunidad de Madrid.

A pesar de la especialización profesional del centro, la Institución Sindical prolongó su tradición musical con la formación de una rondalla y un coro, que funcionaron durante años, actuando en numerosos festivales y efectuando algunas grabaciones discográficas y cinematográficas. En la actualidad el Coro se mantiene, con un alto nivel.

En todas sus etapas de diferente dependencia (Ayuntamiento de Madrid, Sindicato Vertical, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Educación, Comunidad de Madrid), este centro ha formado a muchos miles de alumnos, como buenos profesionales que han ayudado a desarrollar en Madrid su industria, sus empresas y sus servicios.

Y el trabajo educativo realizado en sus aulas y talleres constituye por sí mismo un digno ejemplo para estudiar la historia de la educación madrileña de los últimos cien años.

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Desde el blog Historias Matritenses queremos felicitar a la Institución por este centenario, así como agradecer a los profesores Pilar Moltó y Jesús Manzano la realización de este artículo. Para saber más os invitamos a visitar su página web.

En este blog colaboran: Ángel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

6 comentarios:

  1. ¡Qué impresionantes instalaciones!, aunque por lo que veo tras la guerra los pabellones quedaron reducidos a menos de la mitad, para dar paso a espacios abiertos y deportivos. La verdad es que no lo conocía (tengo como asignatura pendiente conocer esa parte de Madrid), pero había oído hablar del centro precisamente por su banda -puesto que yo también pertenecí a la OJE como tantos otros niños de le época- que evidentemente era la mejor. Respecto a esta cuestión creo que hay un error sin importancia: si el acto de afiliación masiva se produjo al término de la guerra, sería al Frente de Juventudes, puesto que la OJE como tal no nació hasta los años sesenta.
    Gracias como siempre por las interesantes informaciones.

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  2. Gracias por sus palabras, Don Bernardino, y dos aclaraciones necesarias.

    Tiene Vd. toda la razón respecto de la OJE (Organización Juvenil Española): en el 1942 no se llamaba así, y la noticia fue recogida en todos los periódicos como afiliación masiva a la Organización Juvenil de Falange Española y de las JONS, no al Frente de Juventudes. No obstante, como las siglas universalmente conocidas son las de la OJE y la transición de una a otra organización se hizo, creemos, con continuidad para la gente en general, hemos optado por mantener dichas siglas.

    Respecto de los pabellones, tal vez deberíamos haber aclarado a pie de foto que la imagen primera es la del monumental proyecto original de Andrés Octavio, que no fue construido en su totalidad por falta de presupuesto. Esa es la explicación de que existan amplios espacios deportivos en la foto posterior a la guerra, espacios que ya existían desde el principio. La Paloma sufrió, además, varias remodelaciones antes y después de la guerra, algunas a causa de los bombardeos. En la web cuyo enlace puede tomarse arriba hay más información y fotografías sobre la evolución de los edificios.

    Un saludo. Jesús Manzano.

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  3. En este colegio de La Paloma tenía vivienda un conserje, que fué abuelo de la actriz Rocío Dúrcal. En dicha vivienda vivió largas temporadas la actriz junto con sus padres y cinco hermanos.
    Una vez que empezó su carrera como actriz dejaron la vivienda.

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  4. jose alberto revilla18 de enero de 2012, 19:29

    La referencia que se hace de que "todos los niños y niñas de la Paloma y de San Ildefonso fueron afiliados a la OJE", referida al año 1939, es incorrecta, dado que la OJE se creó en julio de 1960.
    José Alberto Revilla. Antiguo alumno de "La Paloma"

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  5. Hola José Alberto Revilla:
    Los autores del artículo se refieren al organismo que con el tiempo daría lugar a la creación de la OJE en 1960.
    Si los autores nos informan dándonos detalles, lo hariamos saber.
    Gracias por tu puntualización.
    Un saludo.
    José Manuel Seseña

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  6. Yo estuve interno desde los seis años hasta los doce
    Colegio de la Paloma se me caen las lágrimas

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